“Craig.” Ella dijo, “mas vale que te cuides.”
Sabía exactamente lo que vendría.
Iba a decir lo que me había dicho cien veces antes. Iba a decir lo que en ese tiempo no entendía, pero que ahora entiendo.
“Craig, mas vale que te cuides, nunca sabes cuando entretendrás a Ángeles.” Mi abuela era una mujer de fe, y realmente creía en la regla de oro. Debemos de tratar a las personas como queremos ser tratados.
Aun así, ella creía en algo más. Creía que debemos de tratar a extraños, sin importar su apariencia o circunstancia, con dignidad y respeto. Y ser lo mas serviciales posible. De otra forma ella dice con un guiño en el ojo, “puede que dejes escapar a un ángel sin ni siquiera saberlo.”
Recordé la admonición de mi abuela mientras viaje a Grecia. Era de noche, y después de una reunión inspiradora con miembros del equipo Agel, me cambia para tener una caminata antes de ir a la cama. Había llovizna, pero el aire estaba fresco y la ciudad viva con personas ansiosas por el fin de semana.
Estuve trotando un poco en un camino que daba a una pared grande que se sobre veia en la ciudad. Atrás de la pared, estaba el océano, vasto y obscuro, con el sonido de las olas en la orilla. Mientras corría, pensaba en la reunión de Agel. Estábamos aquí, menos de 100 personas en una ciudad que acogía alrededor de un millón de personas.
Este evento en particular era uno de esos que uno desea duplicar una y otra vez. Estaba lleno de inspiración y esperanza, con historias de éxito, unas grandes y unas pequeñas. Aun así, lo que mas recordare de esta reunión es la sensación de pertenecer a esta familia que todos sentimos.
La gente sintió que habían encontrado un hogar, un lugar de negocios que realmente significaba algo. Algo más que solo hacer dinero. Durante la reunión tuvimos un pequeño intermedio. Nadie quiso salir del lugar! Estuve orgulloso del hecho de que las personas antiguas en agel acogieron a los nuevos y los hicieron sentir parte de esta familia.
Cuando termino la reunión, me quede por una hora atendiendo a personas. Cuando me fui, todavía había algunas personas platicando.
Mientras corría, quería seguir con este sentimiento. Pensé en una cita que atribuyen a la Madre Teresa.
La gran pobreza en el mundo no proviene de la gente que no tiene que comer o un techo donde vivir. La mayor pobreza en el mundo viene cuando las personas sienten que no importante. Todos queremos sentir que somos valiosos.
Corrí cerca de un auto Viejo estacionado cerca de la vereda. Una mujer estaba parada con un paraguas viendo a un hombre anciano tratando de cambiar un neumático. Pare, me volteé y regrese. No pude entender a la mujer, pero el hombre, el cual hablaba un poco de ingles, me explico que había parado para ayudarla. Estaba teniendo problemas al levantar el neumático al carro.
Juntos, pusimos el neumático, y la mujer pudo seguir su camino. Estaba feliz, lo más probable es que ella era abuela de alguien.
Temprano a la mañana siguiente en un JET 737, estaba en camino hacia otra ciudad. Extrañaba a mi familia, sabiendo que dormían mientras yo viajaba.
Al lado mió, se encontraba un hombre bien vestido. Tenia la presencia de ser exitoso y seguro de si mismo. Me pregunte si el significaba algo para alguien o si vivía en la pobreza.
En mis piernas tenia material de Agel.
A mi mente venían estas palabras
“Craig, mas vale que te cuides.”
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