November 15, 2010

Donde están los nueve?

No era el hecho de que tuvieran un prejuicio de pertenecer a un cierto grupo, o ser de poca ayuda.

No significaba que nada les importara.

No tenía nada que ver con ser egoístas.

Era simplemente la ley.

Si lo veías antes de que ellos a ti, no podías estar a mas de 30 pies de distancia. Si ellos te veían primero, levantaban la mano y gritaban SUCIO! Gritaban tan fuerte para evitar cualquier tipo de interacción.

Era la ley.

Sus brazos, piernas, manos y pies estaban tapados con ropa excesiva.

Igual que sus caras, y muchas veces detrás de la ropa podías ver ojos llenos de esperanza. Como pueden ver, no había cura para la lepra. Tenían que permanecer con su propio grupo, lejos de todo lo que era normal.

El tiempo era su enemigo. Cada día que pasaba, sus cuerpos se descomponían. Muchas veces lo único que quedaba eran partes de sus manos y pies, o caras las cuales en algún tiempo sonrieron.

Ahora no había sonrisas, no había luz, y las risas habían terminado. Pero el olor incomparable de un leproso se mantenía ahí. No importaba lo mucho que trataban de limpiarse, su ropa o sus pertenencias, les seguía ese olor que les recordaba que son y que siempre serian diferentes.

10 de ellos estaban juntos separados de los demás ese día. Mientras que las personas pasaban por la ciudad ellos gritaban “Sucios”. La gente se iba rápidamente,

Finalmente, estaban en las afueras de la aldea caminando lentamente hacia las rocas y montanas que los protegían y se encontraban refugios los cuales ellos llamaban “hogar”

Aquí fue donde lo vieron pasar, EL y sus discípulos caminaban mientras que los leprosos gritaron “ten misericordia de nosotros!” fue una plegaria atrevida, un grito de ayuda.

Los gritos no vinieron de personas con grandes influencias

Vinieron de personas con grandes dolores.

Paso tan rápido, en un instante. La cura fue inmediata e increíble. Donde 10 leprosos se pararon, se encontraban ahora 10 hombres viendo su cuerpo como si hubieran nacido de nuevo. Después, se fueron inmediatamente, corriendo a enseñarles a otros los que había pasado.

Todos menos uno. Cuando vio que fue sanado corrió no hacia delante pero hacia atrás, se hinco con su cabeza inclinada, sus lagrimas un testamento de su gratitud. Su “Muchas gracias” es un eco que va de generación en generación. Como verán, era un samaritano, un individuo separado de la sociedad aun sin la lepra.

EL ERA CADA HOMBRE, CADA MUJER, CADA NINO DESDE UN COLUMPIO HASTA UN TRABAJO, CADA UNO DE NOSOTROS QUE HA SUFRIDO DE PREJUICIOS, ABUSO O RIDICULIZACION DEBIDO A QUE SOMOS DIFERENTES. EL ERA CADA UNO DE NOSOTROS EL CUAL SE HASENTIDO SOLO Y AISLADO.

El que lo había sanado le pregunto: “No fueron diez los sanados. Donde entonces están los nueve?

Donde están esos nueve?



Gratitud. Aquellos que nunca tienen hambre, pero siempre satisfechos.

Nunca les falta nada, porque siempre tienen suficiente.

No tienen envidia, porque no hay necesidad.

No se enfocan en lo que les falta, si no en su abundancia.

Aquellos que saben que “de la forma que uno ve el problema, ese se convierte en el problema”

Son esos con suerte, porque posen gratitud!

En Agel, tenemos un equipo de miembros los cuales sus religiones y orígenes cruzan casi cada frontera. Es Agel una compañía Musulmana? Si. Somos Cristianaos? Si. Es Agel Budista? Si. Son nuestros team members rasgos de cada raza, color, religión y creencias? SI

Todos son bienvenidos, aun los samaritanos.

Mí ruego es que nuestra identidad no venga de un nombre, pero de una creencia de todos nosotros, que somos personas que practican la gratitud.

Pues cada día, cada suspiro, cada amigo, cada ser amado y cada oportunidad y oportunidad de empezar de nuevo. Tengamos gratitud.

Soy Craig Bradley

Y estoy Agradecido.

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